Las fechas decembrinas o fechas especiales, pueden ser muy difíciles para personas que recién perdieron a un ser querido.
Actuar como si nada hubiera pasado, el aislamiento, incapacidad o incredulidad para aceptar la muerte, tristeza, preocupación, enojo, son algunos de los síntomas que puede presentar una persona en duelo.
Adiós no significa siempre el final, a veces es un nuevo comienzo.
Acompaña a esa persona durante el duelo, abrázala, aunque este hecho dure 10 segundos, los beneficios son muy grandes.
Se libera oxitocina; hormona que te hace sentir bien, reduce el estrés, es tranquilizante, regula el ritmo cardiaco entre otros beneficios.
Ayúdala a sobrellevar este proceso:
Respeta todas las emociones que puedan llegar a surgir y permítele un momento que las saque, que grite, llore, se enoje, deja que sus emociones fluyan y liberen la presión que están causando ese dolor.
Simboliza al ser querido, con un ritual de agradecimiento, honrando su memoria, eso le dará paz al doliente.
Si se acerca una fecha especial, busquen una nueva tradición para la misma, planearla y entusiasmarse cambiará la perspectiva.
Alivia el estrés de los días previos con caminatas, cocinando o cualquier actividad que genere una sana distracción.
Durante la celebración especial, permite que el doliente tome sus pausas y respiros sin juzgarlo.
Acompáñalo a su refugio de paz para que refuerce su fe.
Recomiéndale tomar terapia o algún acompañamiento tanatológico con un profesional.
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